Es gracioso creer que todo lo puedes hacer... Que todo lo puedes lograr si intentas demasiado... Crees que el mundo está en la palma de tu mano... Y otras tantas veces sientes que el mundo te consume.
Por eso a veces, es más sencillo refugiarse en los huesos inquebrantables, en busca de algún tipo de estabilidad o sensación reconfortante.
El cuerpo es una calamidad, siempre escondiendo secretos, tan fácilmente y a la vista; tan fácilmente como esconder misterios detrás de tu oreja, dentro de tu boca o incluso en tu corazón. Todo es una ficción poco fiable, siempre que se cuestiona su propia existencia lo suficiente.