La joven se dejó hacer mientras cerraba los ojos. Era maravilloso sentir la masculinidad de ese hombre sin tanta prenda de por medio. Y con esto no se refería a algo meramente sexual, sino a todo lo que conformaba su ser, como su piel cálida impregnada con notas oceánicas. La ligera capa de vello en sus brazos. Lo áspero de su barba a la hora de rozar la piel de sus mejillas. Los excepcionales músculos contraídos protegiéndola sin hacerle daño y hasta el sosegado vibrar de su corazón contra su pecho desnudo, en fin...
La novela "Por Casualidad" sigue activa, solo denme chance de que mejore mi salud y volverán los capítulos