Aprendí:
Que las promesas no se cumplen. Que los”para siempre” acaban en un minuto. Que un”no te quiero perder” es igual a un”te olvido mañana”. Que la palabra escrita, escrita se queda, que la palabra dicha muere en el aire. Que un sentimiento puede morir o siempre estuvo muerto. Que quien se va no regresa. Que quien más te dice, más te hiere. Que las cosas pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Aprendí que en esta vida nada es seguro. Que lo que hoy tenemos mañana ya no puede estar. Que la felicidad es solo algo relativo. Que todo lo que somos lo ha formado la sociedad. Tan bien he aprendido que cuando perdonas mucho las personas se acostumbran a fallarte. Que cuando más necesitas a alguien más rápido te dan la espalda. Aprendí que esta vida solo nos tenemos a nosotros mismo. Que nuestra mente es nuestro propio infierno. Aprendí a disimular una sonrisa para no dar explicaciones. A valorar cada parte de mí. A no juzgar un libro por su portada. A luchar y defender mis ideales. Aprendí que llorar no te hace débil, te vuelve más fuerte. Que cuando te caes, debes aprender a levantarte. Que cuando una herida es abierta, debemos echarle sal y sacar todo el dolor para que cure más rápido. Aprendí tantas cosas grandiosas durante todo este año. Conocí a personas increíbles que dejaron huella en mi vida, desconocí a personas que creía haber conocido, me caí un montón de veces y en algunas ocasiones creí no poder mas, han sido tantas lagrimas derramadas que han sido secadas y heridas abiertas que han ido cicatrizando y un montón de lecciones aprendidas durante todo este año. Aprendí a creer en mí y que todo es posible, no todo es de color pastel, pero no siempre va a ser una tormenta, eso lo aprendí durante este recorrido. No es el final es un nuevo comienzo con nuevas oportunidades y nuevas metas, sigamos luchando y defendiendo todos nuestros ideales, lleguemos hasta el final y siempre esperemos lo inesperado.
