Tristemente, muchos juzgamos un libro por su portada. Gajes del oficio del lector. En consecuencia, cuando se es autor indie no basta con desvivirse por la escritura, la redacción, ortografía , sintaxis, resolver meollos de las tramas, pulir el estilo... También debemos invertir nuestro tiempo buscando diseñadores, o bien recursos electrónicos para configurar una bonita portada. Confieso que es una de las tareas más agobiantes. Y como todos los escritores somos unos perfeccionistas, bueno, habrán de imaginarse que uno termina llorando como Magdalena mientras la proesa se cumple T.T