Nada Just

Oe para decirte que la voy a subir la serie que tanto esperabas y le publique con un capítulo demás de lo que te mandé asique solo tienes que ir al segundo capítulo y seguir ahí 

Empieza desde abajo hacia arriba 

Esto es un avance de la segunda temporada dame tu opinión porfa 

Diana: (con un tono amistoso, extendiendo la mano) Bueno, Laila, un placer. (mira a Thiago, con una sonrisa traviesa) No sabía que mi hermanito tenía una novia tan… intensa.
          
          Laila, aún arrodillada, toma la mano de Diana con timidez, murmurando un “hola” apenas audible. Thiago, observando la interacción, siente una mezcla de satisfacción y cálculo. Laila se tranquilizó, pero no puede salirse con la suya, piensa. Por ahora, mantiene la calma, dejando que Diana crea que todo es normal.
          
          Thiago: (con un tono casual, señalando el sofá) Diana, siéntate, relájate. (mira a Laila, con un tono más duro) Laila, levántate. Vamos a hablar después.
          Laila, obedeciendo, se pone de pie, su rostro enrojecido por la vergüenza y el miedo al castigo. Diana, sin captar del todo la dinámica, se sienta, tomando su limonada.
          
          

Laila, aún arrodillada, levanta la mirada, su voz temblorosa pero impulsada por una mezcla de celos y necesidad de reclamar su lugar.
          
          Laila: (con un tono desafiante, pero inseguro) Soy Laila… la novia de Thiago.
          
          Thiago, sorprendido por su audacia, la fulmina con una mirada severa, sus ojos entrecerrados. ¿Quien te dió permiso para hablar?, piensa, su molestia creciendo. Laila sabe que no debe hablar sin su autorización, especialmente en una situación como esta, y su declaración de “novia” es una provocación que no esperaba. Sin embargo, con Diana presente, decide no castigarla de inmediato, manteniendo su fachada de calma para evitar exponer la dinámica frente a su hermanastra.
          
          Diana, arqueando una ceja, se cruza de brazos, su tono mezcla de diversión y reproche mientras mira a Thiago.
          
          Diana: (con una risa incrédula) ¿Novia? ¿En serio, Thiago? (lo señala, bromeando) Me dijiste hace cinco minutos que no tenías novia. ¿Qué está pasando aquí?
          
          Thiago, atrapado entre la desobediencia de Laila y la curiosidad de Diana, reprime una mueca. Su mente trabaja rápido, calculando cómo manejar la situación sin perder el control. Decide aclarar las cosas, presentando a ambas para calmar las aguas y evitar más preguntas de Diana, mientras planea cómo lidiar con la transgresión de Laila más tarde.
          
          Thiago: (con un tono tranquilo, pero firme, mirando a ambas) Diana, ella es Laila, mi… (hace una pausa, mirando a Laila con advertencia) novia. (se gira hacia Laila) Y Laila, ella es Diana, mi hermanastra.
          
          La palabra “hermanastra” impacta a Laila como un balde de agua fría. Sus ojos se abren, y la furia que la consumía se disipa, reemplazada por una mezcla de alivio y vergüenza. No es otra chica… es su hermana, piensa, su cuerpo relajándose, aunque la mirada severa de Thiago la mantiene en alerta la hace bajar la mirada, esperando un castigo.
          
          Diana, ajena a la tensión subyacente, suelta una carcajada, levantándose del sofá para acercarse a Laila, quien sigue arrodillada.
          
          

Thiago: (con un tono bajo, autoritario) Para, Laila. (la mira fijamente, apretando su muñeca) Ni se te ocurra.
          
          Laila, temblando de rabia, intenta soltarse, pero la presencia de Thiago la intimida. Diana, despertada por el movimiento, se frota los ojos, confundida, sin entender la situación. Thiago, sin soltar a Laila, señala el suelo con un gesto firme.
          
          Thiago: (con voz fría, manteniendo el control) Arrodíllate, ahora.
          
          Laila, con el rostro enrojecido por la furia, duda por un segundo. Pero la mirada de Thiago, cargada de autoridad, la doblega. A regañadientes, se arrodilla frente a él, su respiración agitada, mientras Diana los observa, desconcertada.
          
          Diana: (frunciendo el ceño, sentándose) ¿Qué está pasando aquí, Thiago? (mira a Laila, confundida) ¿Quién es ella?
          
          Thiago, manteniendo su calma, suelta la muñeca de Laila y acaricia su cabeza, un gesto paternal responde a Diana con una tranquilidad fingida.
          
          Thiago: (con un tono casual, mirando a Diana) Es Laila, una… amiga cercana. (mira a Laila, con un toque de advertencia) A veces se pone un poco intensa, pero ya lo estamos manejando, ¿verdad?
          
          Laila, arrodillada, no responde, su mirada fija en el suelo, los celos consumiéndola. Thiago, por dentro, está furioso por la llave. ¿Hizo una copia sin mi permiso?, piensa, su mente calculando cómo castigarla por esta desobediencia. Pero la presencia de Diana lo obliga a contenerse por ahora.
          
          

Diana: (bromeando, dándole un codazo suave) Qué aburrido eres, Thiago. (se acomoda, cerrando los ojos) Voy a dormir una siesta aquí mismo, no te quejes.
          
          Thiago, sin responder, deja el celular en la mesa y toma un libro, fingiendo leer mientras su mente repasa su estrategia. Laila vendrá, lo sé. Y cuando lo haga, esto va a ser interesante.
          
          ---
          
          No han pasado ni 20 minutos cuando escucha un ruido en la puerta. No es un simple golpe; es el sonido de una llave girando. Frunce el ceño, sorprendido. ¿Cómo…? La puerta se abre, y Laila entra, su rostro transformándose de ansiedad a furia al ver a Diana dormida encima de Thiago.
          
          Laila, con los ojos encendidos por los celos, suelta su bolso al suelo y da un paso adelante, su mano extendiéndose hacia el cabello de Diana, lista para jalarla. ¡Otra zorra!, piensa, su mente nublada por la imagen de esta desconocida. Pero antes de que pueda tocarla, Thiago se levanta rápidamente, dejando a Diana a un lado, y agarra la muñeca de Laila con fuerza, su mirada dura.
          
          

Diana: (con un tono más serio) No es gran cosa, Thiago. Papá tiene unos asuntos que resolver, y pensó que sería bueno que pasáramos tiempo juntos. (se encoge de hombros, volviendo a sonreír) Además, me gusta la idea de molestarte un poco. ¿Qué tal si me cuentas qué has estado haciendo? ¿Alguna novia?
          
          Thiago, tensándose ante la mención de una novia, piensa en Laila. No puedo dejar que Diana se entere de ella, no todavía. Sabe que Laila, podría reaccionar mal si descubre que otra mujer, aunque sea su hermanastra, está en su espacio. Pero también ve una oportunidad: Tal vez pueda usar a Diana para provocar s Laila,  Por ahora, decide mantener a Diana a distancia de su plan, mientras evalúa cómo integrar esta nueva variable.
          
          Thiago: (con una risa seca, desviando el tema) Nada interesante, solo estudiando. (se levanta, señalando la cocina) ¿Quieres algo de tomar? Vamos a organizarnos si vas a quedarte.
          
          Diana asiente, siguiéndolo.
          
          Thiago: (con un tono neutral, señalando la maleta pequeña) ¿Dónde está el resto de tus cosas? No me digas que eso es todo lo que trajiste.
          
          Diana: (encogiéndose de hombros, con una sonrisa) Ya vienen en camino, tranquilo. (se sienta en el sofá, mirándolo) Papá dijo que no necesitaba mucho por ahora. ¿Qué, ya estás preocupado por mí?
          
          Thiago suspira, dejando pasar el tema. Sirve una limonada para Diana y se recuesta en el sofá, intentando relajarse. Toma su celular, notando que Laila le ha enviado diez mensajes en los últimos minutos, preguntando insistentemente si puede ir a su apartamento a pesar de que le pidió quedarse en casa. Siempre tan desesperada, piensa, ignorando los mensajes por ahora.
          
          Diana, para molestarlo, se sube encima de él, tumbándose en su pecho como si fuera lo más natural del mundo. Thiago, distraído, no dice nada, su atención fija en el celular. La cercanía de Diana no lo incomoda, pero tampoco le interesa; su mente está en Laila y en cómo manejar esta nueva variable. Diana, notando su distracción, suelta una risa.
          
          

Diana, dejando una maleta pequeña en el suelo, se encoge de hombros, su actitud desenfadada contrastando con la tensión de Thiago.
          
          Diana: (con un tono ligero, sentándose en el sofá) Sí, papá dijo que estaría por aquí un tiempo. (lo mira, con una sonrisa traviesa) ¿Qué, no estás feliz de verme? Vamos, sé que soy tu hermanita favorita.
          
          Thiago, reprimiendo una mueca, se sienta frente a ella, su mente trabajando a toda velocidad. Favorita, claro, piensa con sarcasmo. Su padre siempre ha preferido a Diana, algo que Thiago nunca ha resentido del todo, pero que su madre le recordaba constantemente. “Te pareces demasiado a tu padre”, le decía ella, con un tono que mezclaba desprecio y resignación. Esa comparación siempre lo irritó, no porque odiara a su padre, sino porque su madre lo usaba como un arma para herirlo. No la culpo por odiarme, piensa, pero la presencia de Diana en su apartamento, justo ahora, es una complicación que no esperaba.
          
          Thiago: Esto va a retrasar todo con Laila. Su plan para moldear a Laila, hacerla adicta al placer y al dolor que él proporciona, requiere tiempo y control absoluto. Diana, con su energía impredecible y su cercanía natural, podría interferir. No puedo dejar que se meta en mi camino, piensa, pero también sabe que no puede ignorarla. Su padre confía en él, y aunque no lo admite, una parte de Thiago siente una lealtad extraña hacia Diana, no porque sea su hermanastra, sino porque nunca le ha dado razones para odiarla. Es demasiado… normal. No como Laila. Pero la normalidad de Diana es exactamente lo que lo molesta ahora: No encaja en mi mundo.Thiago, manteniendo su fachada de calma, decide sondear la situación, evaluando cuánto tiempo estará Diana.
          
          Thiago: (con un tono neutral, cruzándose de brazos) ¿Cuánto tiempo te quedas? (la mira, con un toque de curiosidad) Y… ¿por qué aquí? ¿Qué está pasando con papá?
          
          Diana, inclinándose hacia adelante, suspira, su sonrisa desvaneciéndose por un momento.
          
          

Thiago está solo en su apartamento, sentado en el sofá con el celular en la mano, su mirada perdida en la pantalla apagada. La llamada de su padre, horas antes en la universidad, sigue resonando en su mente, un peso que no puede sacudirse. Le había pedido a Laila que se quedara en su casa por el día, una orden que ella aceptó a regañadientes, Ahora, solo, intenta procesar la noticia que su padre le dio, pero el timbre de la puerta lo saca de sus pensamientos.
          
          Se levanta, frunciendo el ceño, no esperando a nadie. Al abrir la puerta, se encuentra con una chica alta, de cabello oscuro y una sonrisa brillante que lo descoloca. Antes de que pueda reaccionar, ella lo envuelve en un abrazo cálido, su voz llena de entusiasmo.
          
          ???: (riendo, apretándolo) ¡Thiago! ¡Cuánto tiempo, pequeño! (se aparta, mirándolo con afecto) ¿No me vas a invitar a pasar?
          
          Thiago, paralizado por un instante, siente una mezcla de sorpresa y molestia. Diana, piensa, su mente conectando la llamada de su padre con su presencia. Su hermanastra, mayor que él por un par de años, es el resultado de una aventura que su padre tuvo antes de su nacimiento. La noticia que su padre le dio en la llamada ahora cobra sentido: le pidió que cuidara de Diana por un tiempo, sin explicar del todo por qué. Esto es lo último que necesito, piensa Thiago, su plan con Laila ahora amenazado por esta interrupción.
          
          Thiago: (forzando una sonrisa, haciéndose a un lado) Pasa, Diana. (cierra la puerta, mirándola) ¿Qué haces aquí? ¿Papá te mandó?