Un profano estudiante que, en los tiempos de guerra y supervivencia, vive para contar la mínima «hazaña». Enfrenta a la «muerte», a su línea sanguínea y su nube negra; elige seguir caminando en la tierra, vagar por internet, revisar sus amadas y coloridas series, e investigar sobre su razón de seguir con los pies en la tierra. 

Las batallas, las guerras que él provocó, no se contarán en los libros que se alimentan de polvo, sino que vivirá en cada palabra, cada metáfora, hipérbole o cada cuento que se le cuece en su distorsionada mente. 

Sus gustos son saboreados en muchos matices que la humanidad creó hasta llevarlo en planos perfeccionados: Jazz, Rock, los viejos 60s y 70s, el metal sinfónico, música clásica, ópera, bandas sonoras. Pero su mayor satisfacción, su magno postre, es sin duda el anime, las películas, series de televisión que no provoquen sueño. 

«Entrega tu corazón», exclamó aquella canción de Linked Horizon.