Nuestras miradas se encuentran por un momento, quiero apartar mis ojos de los suyos pero se me hace imposible, de cerca son aún más hermosos. Quiero que deje de mirarme pero no lo hace, por el contrario me sujeta con más fuerza y de un momento a otro siento sus labios sobre los míos. Unos labios carnosos, delicados y que besan increíble, mi cerebro dice que debo apartarme pero mi boca hace todo lo contrario siguiéndole el beso, cierro los ojos ya que su calidez me hace sentir de maravilla. Abro los ojos nuevamente reaccionado de inmediato y lo apartó con un leve empujón que lo hace sonreír, está manchado de mi labial y me hace enojarme. Pero no me enojo con él sino conmigo por dejarme llevar.
— Llevo toda la noche queriendo probar tus labios — su sonrisa es de burla.
— Infeliz .
— Creí que después de mi beso te habías enamorado.
— Eres un estúpido y besas horrible.
— Si beso horrible ¿Por qué me seguiste el beso? Por si no lo habías notado el beso duro casi una canción, guapa.
— Yo no te seguí el beso, tu boca me estaba obligando — quería decir más pero la voz del aparato que traigo puesto en el odio me hizo guardar silencio.
— Objetivo llendo al jardín trasero del jardín
Nos movemos con disimulo entre la gente, tengo tragarme mi coraje porque este momento es más importante que mis berrinches.
Avanzamos hasta llegar a una puerta de metal que nos da acceso a la parte trasera del lugar. Frenamos en seco cuando un hombre nos apunta con su arma, últimamente todos me apuntan.
— ¿A dónde van? — intento responder pero Adryan lo lleva contra el piso dejándolo inconsciente o tal vez «muerto». No lo sé y no quiero saberlo.