Chica. Les juro que esa será mi mejor libro juvenil. La Chispa Silenciosa
La brisa de Sevilla se colaba con una suavidad engañosa entre los pilares centenarios del campus universitario, acariciando con dulzura las mejillas de Chloe Lancaster mientras caminaba con paso firme pero ausente. A sus veintidós años, la hija menor del magnate Alfonso Lancaster lo tenía todo: una elegancia natural que la distinguía sin esfuerzo, un cabello como lino dorado que resplandecía bajo el sol andaluz y un apellido que abría puertas sin necesidad de llamar, garantizándole un lugar inamovible en la más alta élite sevillana. Su futuro estaba meticulosamente trazado, tan predecible como las estaciones, y hasta ese momento, Chloe se había movido dentro de esos límites con una resignación casi imperceptible.
Pero ese día, algo era distinto. Había un silencio extraño que la rodeaba, uno que no nacía del murmullo habitual del ambiente universitario, sino de su propio interior. Una inquietud sutil vibraba bajo su piel, una sensación premonitoria que le erizaba los vellos de la nuca, como si el universo entero se preparara para girar sobre su propio eje... y con él, arrastrarla a un destino que nadie —ni siquiera ella— había previsto en los rígidos esquemas de su existencia. Era un presentimiento silencioso, la calma antes de la tormenta perfecta que cambiaría para siempre el rumbo de su vida.
Chloe entró en la majestuosa Facultad de Humanidades, donde se dedicaba al estudio de la Literatura Española, buscando quizás en las palabras de otros las respuestas a las preguntas no formuladas de su propia alma. Se movía con familiaridad entre las columnas antiguas que atestiguaban siglos de conocimiento y los susurros modernos de los estudiantes, completamente ajena a que alguien la estaba observando con una intensidad poco común desde el otro extremo del claustro. No era una mirada casual, ni superficial; era una que pesaba con intención, que analizaba