Me quedo pensando, sencillamente lo hago un día de abril por la mañana, observo por la ventana el amanecer con mi vista borrosa y llena de luces, gracias a mi nefasta miopía, la extraño, no creo haberla amado, no era eso, ella...ella era mi adoración, le quería más allá de lo que se suponía debería quererle, claro esta pero yo solo deseaba hundir mi rostro en su cuello, ya sabes, con tranquilidad, el hundir mi rostro sonriente en mi almohada, aún lo recuerdo, aún la anhelo, ha pasado un tiempo desde que ya no sonrió de esa forma, nunca supe si estaba enamorada de ella, aunque cualquier persona coherente diría a gritos que lo estaba, que estaba anonada con ella, es decir, tremendamente enamorada, yo no lo se, simplemente no lo se, no se si quiero escribirle nuevamente, ya no lo se, no se si quiero saber su nombre ahora, como lo habíamos acordado en una de aquellas platicas, ya no se si me duele, no se nada, no se si le importé o si le importo, tal vez esto es lo mejor, tal vez deba ser así, me pregunto como se encontrará, me pregunto si sus vacaciones han llegado, Dios, ya no se, ojalá nunca hubiera dicho aquello, ojalá permanecieramos como antes, en la ignorancia, en sencillamente no hablarlo, me equivoque, joder.