El kiwi es la baya de la enredadera Actinidia deliciosa. Es originaria de una gran área de China, sobre todo de los bosques del valle del río Yangtsé. Introducida en Nueva Zelanda en 1904, fue cultivada desde entonces en muchas regiones templadas por su fruto comestible.
Presenta numerosas y pequeñas semillas negras comestibles. El color de la pulpa y el sabor delicado de la misma que recuerda en parte a la uva, a la fresa y a la piña, lo hacen muy agradable. Diversas investigaciones científicas indican que el kiwi es una destacada fuente de vitaminas, minerales, fibra y fitoquímicos.
Al contener vitamina E y ácidos grasos Omega 3 y 6, el kiwi fluidifica la sangre, mejorando el estado general de las arterias. Esto evita la formación de trombos o coágulos en los vasos sanguíneos. Esta fruta sirve para proteger contra trombosis, angina de pecho, derrames cerebrales e infartos.