—Ya lo sé —respondió con calma, deshaciéndose de su capa para lanzarla al suelo, sin fijarse donde cayera—. Hay muchas formas de alejar a alguien de tu espacio personal, crear incomodidad en la otra persona es una de ellas. Desconozco si querías incomodarme o retarme, pero era evidente tu objetivo. ¿Puedes mantenerlas un poco más? —señaló las sombras, enfatizando a lo que se refería. Coordinó entonces con una de ellas, comenzando a realizar una danza clásica. Cerró los ojos, simplemente imaginando alguna melodía en su cabeza y permitiendo que sus pies se moviesen con libertad—. Voy a ignorar que me llamaste gallina solo porque esto es más agradable que pelear —murmuró sin abrir los ojos, demasiado enfrascada en lo suyo. Pero, incluso si parecía con la mente únicamente metida en ello, escuchó cada una de las palabras del azabache con atención, en completo silencio—. Te equivocas en eso. Si mi hermana muriese, ni mis padres ni yo descansaríamos hasta tener a los responsables tres metros bajo tierra; lo mismo ocurriría si fuese yo la que trascendiera al otro mundo. Llámalo sentimentalismo, si quieres, pero mi familia jamás se regiría solo por unas estúpidas leyes. Si debemos llenarnos de sangre ajena las manos por proteger a uno, lo haremos y punto, sin importar si es considerado bueno o malo a ojos ignorantes. Son nuestras decisiones, y eso es lo único que importa —frenó de golpe, llevando una mano hasta su frente para tocarla con cuidado—. ¿¡Qué hiciste!? Oye, esa estrellita no debe verse para nada como algo bonito, conociéndote seguro parece una marca demoníaca. ¿Se ve bien? ¿Qué tal me queda? ¿Crees que si aparezco así frente a los soldados se orinarán encima? Porque si se ríen, juro que el que pagará esto serás tú —entrecerró los ojos, aunque sus manos seguían haciendo a un lado los mechones de si flequillo para dejar la estrella a la vista. —¿Qué clase de impostor?
@AkeldamaJP