BUS-CETTA
Iba caminando por ahí, descuidada tal y como era de esperarse viniendo de ella. Tenía la mente en otro plano, buscando atar cabos sueltos de la desaparición de su madre y la presunta muerte de su padre; viendo si de casualidad pegaba en el clavo al encontrarse con el “responsable“. Sin embargo, como consecuencia de tener la cabeza en las nubes, accidentalmente tropezó con alguien. — ¡...! ¡Ah! — se quejó por lo bajo, parpadeando al notar como al contrario se le caían algunos libros que llevaba a mano. Se alarmó un poco, agachándose para ayudarle a recoger sus cosas. — ¡Perdón, perdón, no era mi intención! — una disculpa fue lo primero que salió de sus labios, parpadeando al notar las orejitas en la cabeza ajena; e inmediatamente acordándose de cierto oso polar que conoció de casualidad.
BUS-CETTA
Ladeó la cabeza al escuchar parte de su primera oración; viéndose algo confundida, pero [sorpresivamente] parecía no querer indagar más respecto a las declaraciones del mayor. Aún así, lo escuchaba con cautela; sin borrar la sonrisa de sus labios. ───── ¡Oh! ¿en serio? — cuestiona, ligeramente ilusionada por el hecho de que volvería a encontrarse con dichoso individuo; sin necesidad de que fuera mera casualidad. — Bueno... el Viktor que conocí yo también fue algo arisco. ¡Pero pienso que hay algo bueno dentro de todos! quizás sólo hay que dejar que eso aflore. Llevó sus manos a la cintura propia, mientras esperaba alguna respuesta [o pregunta] de parte del oso panda. Al ser así, parpadeó ante la interrogante. No le molestaba que preguntara por su edad, en realidad. ───── ¡Tengo dieciséis años! — asintió, como si su situación fuera algo de lo que estar orgullosa. — Lo conocí de mera casualidad, pensó que, uhm... lo estaba acosando. — rió algo nerviosa, pensando que quizás las cosas se malinterpreten un poco. — Me invitó a comer y– uhm, casi pago todo yo. — llevó una de sus manos a su nuca, avergonzada. — Pero después me lo compensó. De vez en cuando me cruzo con él, pero me cayó bien y me gustaría mantener contacto con él.
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LAIT-SHUN
@BUS-CETTA — Oohh... —exclamó ante la aclaración de la pelirrosa. Dio un leve respingo ante ese comeback, algo tenso, pero asintiendo en señal de que podía plantearle aquella segunda pregunta. Fue escuchando la descripción que le recitaba la chica, y adjetivo por adjetivo... Se fue formando la imagen de alguien a quién conoce muy bien. O al menos eso cree. Aunque al escuchar el final, fue como si el último bloque derrumbara toda la torre. Hizo una nueva confusa. — ¿Agradable? Mi hermano no es--... —y luego pestañeó dándose cuenta de que casi decía algo inapropiado. Se rectificó aclarando su garganta y acomodando sus lentes. — Q-Quiero decir... Las características que me menciona me resultan familiares. De hecho, alguien cercano a mí lleva "Viktor" por nombre y es bastante similar a como lo describe. A excepción, de... Bueno... La última parte. Se llevó una mano para sobar su cuello, desviando la mirada; Viktor era un oso de carácter frío e irritable. Sin embargo, cuando sólo mantiene su fachada emocionalmente distante que le encanta a las mujeres por alguna razón, tiene fama de portarse un poco menos... Hostil. ¿Contará eso como "agradable"? Mira de reojo a la pelirrosa; Se ve apenas un poco menor que él mismo. ¿Cuántos años tendrá? ¿Por qué conocería a su hermano de ser así? ¡¿Y le pareció agradable?! — D-Disculpa que pregunte, ¿Pero qué edad tienes? —dijo sonriendo con cierto nerviosismo— No sé si hablemos del mismo oso, pero para corroborar... ¿En qué circunstancias lo conociste?
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BUS-CETTA
No era nada nuevo que las personas se fijaran en su apariencia; no todos los días iban a encontrarse con una apariencia tan... curiosa como la de ella. Según y que había cambiado todo de ella para no llamar la atención, y ahí estaba, llamándola de todas maneras. Sorpresivamente, eso no era un problema para ella [la mayoría de las veces]. La interacción social no era la gran cosa para la italiana, e intentaba sacar tema de conversación siempre que podía. Bajó la mirada, haciendo una pequeña mueca de tristeza ante la respuesta negativa. Bueno, nunca iba a dar en el blanco si jugaba un "adivina quién" con cualquier persona con la que se tropezaba. Ante la interrogante del mayor, parpadeó, y rió. — Ah, sí... pero no es un profesor, es un... "conocido". — se excusó. Iba a retirarse, hasta que tuvo una idea; otra cosa es que fuera una brillante. — ¡Ah, espera! te dije algo de una segunda pregunta... pero no tengo la foto en cuestión, espero que te sirva una descripción. — guardó la foto del doctor, y después fijó sus orbes en el panda, ladeando su cabeza. — ¿De casualidad conoce a un hombre alto, pálido, con facciones marcadas, cabello blanco y con unas orejas como las suyas? — dijo con una sonrisa. — Oh, se llama Viktor. No sé si lo conozca... quiero saber dónde está. ¡Lo conocí hace poco y me pareció agradable!
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