El hombre cuarentón de nacionalidad norcoreana caminaba por aquel lugar como si nada, como si no hubiera cometido ningún delito ya que había comprendido que en el lugar en el que estaba aparentemente no era buscado por los oficiales de ninguna de las dos coreas. Pero había bastante gente y su sensible olfato hacia que su alfa tuviera cierta curiosidad, la enfermedad que padecía la podía controlar mientras no fuera tan intenso sus episodios, más su alfa sufría mucho de ello al grado de matar a quien fuera que viera como una amenaza.
──Hola... Ash que fastidio... No te daré un monólogo aburrido de ser bienvenido ni nada de esto, por lo que veo es un campo de flores en donde todos se aman, aunque bueno, algo de carmin nunca viene mal... Soy berlín, un placer.── Dijo manteniendo sus manos temblorosa detrás de su espalda para no verse tan débil, la enfermedad de Huntington era la clara definición de un zombie.
# hello cotto ¿cómo andamos maestro o maestra? ¿Todo chetardo? Soy Ian, un enorme placer conocerte y espero que amiguemos.