Los actos egoístas de un lobo muerto jamás serán justificados, ni su ego desmedido al saber que siempre será él y sólo él, aunque vengan otros, aunque comience de nuevo, son huellas tatuadas en alma pura que no serán borradas.
Egoísta, maldito lobo egoísta, no eres capaz de dar, pero si finges soltar cuando después de meses sigues comprobando que ese hilo rojo jamas será roto.