Hoy una amiga me recordó sobre un libro que escribí hace como un año. Y leyéndolo, me he transportado al pasado de una forma tan genial...
He estado sin fluir ( y digo sin fluir porque he intentado escribir varias veces, pero no he fluido ni me he dejado llevar por las letras como lo hacía la Elis del pasado) desde hace un año y medio. Y la verdad es que mi vida ha cambiado demasiado en ese tiempo, yo he cambiado demasiado. Siento que no soy la misma de antes, y a la vez me veo igual. Pero algo que me ha impactado es lo mucho que me he alejado de la escritura (la lectura sigue intacta, tal vez leyendo menos libros al mes pero sigue ahí en mi vida). Si me preguntas, no me acuerdo de la mitad de las cosas que aprendí para que mis escritos fueran lo más decentes posibles. A veces me gusta creer que cuando vuelva a tomar el teclado todo va a salir como antes, pero la práctica es la que lleva a la perfección y yo llevo un año lisiada. ¡Necesito rehabilitación!
Me muero de la pena cada vez que alguno de mis viejos amigos, esos que vivieron al día a día mi pasión por mis escritos, me pregunta si sigo escribiendo y yo tengo que contestarles que no; que la inspiración murió por la falta del tiempo. Que no me concentro igual. Que imaginar las historias, las tramas, me siguen motivando pero que el llevarlas a las realidad me agota. Quiero dejar de sentirme así, quiero volver a soñar. Volver a ilusionarme cuando escribo y transportarme a las letras. Quiero ser un personaje más, no solo la que los escribes. Quiero sentirme viva de nuevo...
¿En algún momento volveré a ser la de antes? En mi interior espero que sí. Espero volver a crear universos. Espero volver a fluir.
Por ahora, intentaré darme un viaje al pasado releyendo lo ya escrito. Eso que guardo en los borradores y no salieron a la luz. Quién sabe, tal vez el golpe de lo que era antes me saque de este pozo oscuro donde la inspiración no llega.