Mi edad favorita, fue a los 11 años. Ese momento de la vida en el que ya no eres tan niño, pero tampoco tan mayor. Esa edad en la que te empiezas a preguntar esas cuestiones que todo el mundo se hace: ¿Dónde estamos? ¿A dónde vamos? ¿Esto es real?
Pero a la vez, la única manera de contestarte, es refugiarte en tu propia imaginación. En el cohete, que en realidad es un manojo de sillas y mantas; en la barca, que en realidad es una colchoneta vieja; o incluso en un iglú, en un iglú hecho de nieve.
Tal vez al leerlo suene absurdo, pero esta es una de esas cosas que la escritura, el arte, la ciencia... no resuelven.
Solo puedes experimentarlo por ti mismo.
*Conclusión sacada de la película 'Dónde Viven los Monstruos'*
