22 de junio de 2015
Diario de una mujer perdida que soñaba con renacer.
Cuando creo haberte olvidado, aparece ese algo que me recuerda lo feliz que fui a tu lado, lo felices que podríamos ser ahora, allí, en Phidalelphia, tal y como te prometí que iría. Ahora te recuerdo y noto que mi corazón vuelve a latir, pero sus latidos son dolorosos. Porque sus latidos son parte de ti. Parte de ese dolor que dejaste con tu marcha. He intentado recoger todos los cachitos y recomponerlo, pero es imposible. Imposible porque te llevaste parte de mi corazón a París. Creí que no volvería a llorar por ti, que eras pasado. Y aquí estoy ahora, en Tolosa, cuando debería de estar en Phidalelphia, recordándote.