Que Alicia hablara de esa manera de mi amigo solo era una cosa, la cita de la noche anterior no había salido como ella quería. No me malinterpretes. Alicia amaba a Ernesto y mucho más a Carla. Pero él era un hombre bastante tonto y la hacía enojar con facilidad. Y con bastante frecuencia.
"Pero eso todavía pasa"
Si, pero en ese momento era... menos bonito. Bueno, seguimos. Resulta que como Alicia era mi secretaria yo me divertía mandándola a la oficina de mi amigo en busca de, literalmente, cualquier cosa.
—Mira, creo que es mejor que nos pongamos a trabajar con urgencia, la negociación con los canadienses va bien y la próxima semana tenemos la presentación —le dije a la pelirroja, pasando mi mano por su cuello de manera juguetona y llevándola a mi oficina, para mandarla a buscar un contrato que ya tengo a la oficina de Ernesto.
"Eres terrible"
Lo sé, y estoy orgulloso de eso.
Ya pueden leer. Hay capítulo disponible.