
Roxette_Kamos
**Hola.** Me llamo Roxana Carzolio Ramos, tengo 19 años y no estoy del todo segura de por qué escribo esto. O tal vez sí. Hay nombres que viven en la sombra de la memoria, y tus historias —las tuyas—, han permanecido allí, escondidas entre los pliegues de mis desvelos de secundaria, donde la vida dolía distinto y, sin embargo, yo era feliz. No vengo con reproches. Vengo con temblores en los dedos y un suspiro que lleva años esperando salir. Desde la última vez que me atreví a leerte, he cambiado. No sé si para bien. Sólo sé que esa vez también termine siendo un manojo de lágrimas, y aunque ahora también quiero llorar —por miedo, por futuro, por la incertidumbre que se cuela en cada rincón del día—, regresé. Regresé a buscarte, a buscarlos. A buscar lo que sin saber fuiste, lo que me diste sin saberlo, lo que salvaste sin querer. Pero al volver, lo único que encontré fue el vacío. Tus historias, Las historias ya no estaban, y el silencio de sus autores también me duele. Como si las páginas hubieran muerto sin decir adiós.

Roxette_Kamos
¿Me dejarías convertir tus historias en PDF? Subirlas a mi nube, como he hecho con tantas otras desde que aprendí que todo se puede borrar —menos lo que se guarda con amor. Si lo deseas, incluso te pagaría por el simple acto de copiar y pegar tus capítulos en un Word. Porque no estoy dispuesta a vivir sin tener algo que me ancle a donde fui más feliz. Donde las risas eran dulces y las tristezas, necesarias. Donde la magia de unas pocas palabras me hizo sentir menos sola. Gracias. Gracias por haberlas escrito. Gracias, incluso si no respondes. Gracias, porque permitirme decir todo esto ya es suficiente.
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