"Las sábanas blancas estaban arrugadas, y el diminuto cuerpo de piel blanca estaba exquisito. Ambas piernas juntas mientras estiraba las puntas de sus pies, su brazo derecho a un costado de su cabeza y la mano agarrando las sábanas, y su brazo izquierdo apoyado por arriba de su ombligo. Sus pechos subiendo y bajando por su respiración agitada, y su exquisito coño todo húmedo.
La melena azabache estaba esparcido por toda la almohada dejándole ver algunos nudos. Su cara estaba desformada por el placer y su aliento tan cálido. Sus ojos color chocolates entre abiertos, sus labios rosa pálido hinchados mientras clamaban aire para sus pulmones, y su piel media blanca con marcas rojas por los besos, mordidas y rasguños.
Al rededor de la mujer habían pétalos de rosas esparcidos por toda la cama, quedaban geniales con la piel de esa mujer. Le daba un toque de ternura, inocencia y sensualidad.
¡Que Kami se apiadase de él por imaginarse semejante mujer!"