He tomado la decisión, mi buen señor, de seguir su perfil y tomar nota de vuestros pensamientos. No os reconoceis como sabio, pero yo digo, ¡Quien osa llamarse sabio es más ignorante!...
Vos sos un pensador, como nunca he visto antes. Me habéis sorprendido y encantado con vuestras cartas. Espero formar una sana amistad con vos.
Espero impaciente vuestra respuesta.
Atte.
Lord Andrew C. Salomon.