Lofabb

Levanto la cabeza incapaz de hacerse cargo de las consecuencias de cada una de las decisiones que había tomado. El peso de todas y cada una de las decisiones que alguna vez tomo se le hacían presentes justo ahora.
          	Fijo la mirada en aquel sobre, sobre que contenía el resultado de sus decisiones, al tenerlo en sus manos la incertidumbre hizo acto de presencia volviendo lo incapaz de sentir cualquier otra cosa que no fuese impaciencia.
          	Ante esto rompió el sobre...
          	Y jamás se enteró de lo que decía este, influenciado por las sensaciones de duda y la desesperanza que lo abatía constantemente terminó sediento ante el primer indicio de inquietud.
          	

Lofabb

Levanto la cabeza incapaz de hacerse cargo de las consecuencias de cada una de las decisiones que había tomado. El peso de todas y cada una de las decisiones que alguna vez tomo se le hacían presentes justo ahora.
          Fijo la mirada en aquel sobre, sobre que contenía el resultado de sus decisiones, al tenerlo en sus manos la incertidumbre hizo acto de presencia volviendo lo incapaz de sentir cualquier otra cosa que no fuese impaciencia.
          Ante esto rompió el sobre...
          Y jamás se enteró de lo que decía este, influenciado por las sensaciones de duda y la desesperanza que lo abatía constantemente terminó sediento ante el primer indicio de inquietud.
          

Lofabb

Una noche simplemente no pudo dormir, se quedó despierto con lagunas turbulentas en lugar de pensamientos; con ecos en ves de latidos y suspiros ahogados por la almohada mientras intentaba llorar, sentir, encontrar cualquier tipo de satisfacción en aquello que antes anhelaba y que ahora se le hacía indiferente. Pero no podía, su tormento se expande entre la densidad de la noche, tan espesa y suave como la mismísima oscuridad. De lo más profundo de su ser salió un grito de desesperación rasgando su garganta y lágrimas gruesas que rasgaban sus ojos. No fue capaz de entenderse a si mismo, nada le provocaba satisfacción genuina, intento aclarar sus dudas con melodías que cortaran tiras de su carne, sabores que se contradicen unos a otros y se volvió adicto a la nostalgia y melancolía tras colisionar, chocaban la una con la otra provocandole tanta desdicha que llegaba a sentirse satisfactorio.

Lofabb

Mi cabeza se inunda de dudas ante cada una de tus letras, eres eso; letras, no soy capaz de encontrar o formar en mi mente una fiel imagen de tí o de tu aspecto a pesar de ya haberte visto, tampoco soy capaz de mantener el recuerdo del tono de tu voz ya que al escucharlo simplemente me perdí en los tintes risueños de tu risa, de tus ideas, puedo recordar tus palabras pero por alguna razón no tus tonos, aquella pequeña necesidad de mantenerte cerca llega a disiparse pero no lo suficiente, mi corazón se agota lentamente incapaz de encontrar las palabras correctas para escribir un lugar únicamente para hacerte sentir en paz, un lugar donde sí pueda tocarte, un lugar dónde a pesar de que no me ames, quieras estar conmigo.

Lofabb

Un escalofríos recorrió su médula, lágrimas empezaron a resbalar y nuevamente la duda recorrió su cuerpo bajo su piel, la incertidumbre poso sus manos en su cuello mientras apretaba, cortando el aire de forma sutil, afligido trató de mantener la calma pero la desesperación tampoco tardo en aparecer reprimiendo su pecho, punzadas de un dolor desconocido se hicieron presentes, se lanzo al suelo a llorar, totalmente abatido. Destruyó su cabeza buscando una respuesta concreta a todas sus inquietudes. Penso que si resumía sus inquietudes en aquella qué más lo quemaba terminaría con conocer todas las respuestas, pero de lo que no se había percatado era que todas sus inquietudes le quemaban igual.

Lofabb

Solo entre el frío en la oscuridad, atrapado en un pequeño cubículo de incertidumbre, con sueño, con hambre, sangrando por los codos, escaso de información, cohibido de sus propios recuerdos ante su escasa memoria, con el cuello expuesto al filo de la duda, tan peligrosa como una hojilla, cortando fácilmente su piel, ahora tiene heridas profundas que sentia arder, no puede ver, no puede escuchar y no logra recordar nada más allá que las sensaciones, sensaciones de melancolía y de dolor, eso lo hacia reaccionar, sangre resbalaba por sus cuencas; el aire lúgubre regreso, tan sencillo de respirar para él, aquel cubículo repleto de esa agobiante sensación, no estaba oscuro, los cuervos se habían comido sus ojos, no había silencio sus tímpanos estaban rotos, y no hacia frío le habían arrancado la piel con el filo de la duda. Era vulnerable pero seguia caminando, sus codos sangraban pero aún movia los brazos, su estomago rugia, pero su corazón tambien. Cayó al suelo, estaba tan cansado, tan exhausto de vivir, afinco sus brazos al cemento y empezo a arrastrarse. Únicamente por aquel apice del sempiterno sentimiento que resonaba en su ser, su esperanza se mantenía a pesar del daño recibido, a pesar de estar solo y desamparado por los extraños, por los suyos y por él mismo.