El día en que eliminaron TD estaba jugando con Knuckles. El EXE sabía jugar bien, pero esa vez yo también. Adivinaba sus movimientos, acertaba los bloqueos, protegía cada ataque.
Hice un último bloqueo y de repente, me sacó del juego.
En ese momento estaba emocionado, pensé que se trataba de la actualización 1.4. Pero cuando comenzaron a salir las noticias, esa emoción se fue apagando poco a poco. Empecé a sentirme triste.
Esa noche no quise dormir. Quería quedarme despierto hasta la madrugada, esperando que TD volviera. No tenía razones para creerlo, pero quería intentarlo. Quería pensar que todo era una simple broma de Outlike.
Tal vez suene estúpido llorar o sentirse mal por “un simple juego”, pero TD era mi favorito.
A veces llegaba a casa estresado, porque en vacaciones tenía que levantarme temprano para ir a clases de matemáticas y muchas veces me sentía tonto por no entender algunas cosas. Pero al regresar, entraba al juego y me pasaba el día entero jugando TD, tanto que a veces hasta olvidaba si había ido a clases o no.
Después de vacaciones, todo seguía igual: ir a clases, volver a casa, luego a la escuela y en la noche, quedarme despierto jugando TD hasta las 3 am. No me importaba el cansancio. Solo quería jugar, charlar, hacer amigos, reír, y pasar tiempo con mi personaje favorito. Eso era lo que más me gustaba.
Por eso, no me agradan esos comentarios tipo: “¡OM es mejor!", “Hay juegos con más mecánica”, o “(Juego al azar) existe, ¿sabías?”
Sinceramente, odio esos comentarios.
No todos los juegos tienen que ser perfectos. Basta con que te hagan sentir algo, con que te atrapen de una forma única. TD lo hizo.
Al menos para mí.