Escribo desde que tengo memoria, para ser más precisa, desde que aprendí a leer.  

Pero no sabía que lo que hacía era eso, escribir. Siempre fue mi manera de manejar mi cabeza, un poco desordenada y fantasiosa. Después crecí, y empecé a vivir en el mundo y a llenarme de experiencias, a mirar las cosas y darme cuenta de que no las veo como el resto, y cuando mis amigos escuchaban mis historias los terminaba encontrando concentrados , escuchándome, como si fuera un narrador más que una de ellos. Fuera un chisme, un cuento o una experiencia, eso lo viví varias veces. Y, además, al ir madurando , se me ocurre tomar ciertos caminos en esta vida que me llenaron de experiencias inusuales ...y entonces:  ¿Qué más podía hacer, sino terminar escribiendo un poco? De cada cosa, de cada persona y de cada lugar, que me dejó algo? 

El momento más impresionante que viví en este ámbito fue cuando algún desconocido leyó lo que había puesto en el monitor.

 Alguien, una persona en algún lugar, se perdió un momento en mi historia, en mi cabeza que alberga un par de universos. No me felicitó, no me dijo que llegaría a las estrellas...pero se tomó unos minutos de su vida para darle a mi historia cabida en su mundo. y eso me cambio algo adentro, y ahora, ya no paran de salir las historias de mi cabeza y caer en mi carpeta de borradores.

No son biografías , son fotografías de momentos y personas, que se entretejen de repente y dan forma a una historia.

Así que, bienvenidos a mi mundo.