Llegaste a mi vida de una forma inexplicable, no te buscaba, no buscaba a nadie, solo quería disfrutar de un nuevo semestre, un nuevo curso y nuevos compañeros, en medio de todo eso, la vida nos unió, fue extraño al inicio, eras serio y casi no decías nada, nunca antes te había visto y recién te conocí en ese semestre, ser compañeros me ayudo a conocerte, saber más de tí y poco a poco el que me llamarás la atención, logró hacer que me acerque a tí en persona, recuerdo la primera vez que me hablaste como si fuera ayer, la primera vez que me preguntaste "si me iba" y así mismo aquella vez que tome taxi con mi amiga para llegar a verte, hice tantas cosas por tí, cosas que nunca antes hice por alguién, no me arrepiento de ninguna porque en cada una de esas veces fui muy feliz, aquella vez que faltamos a la minga por ir a la playa, aquella vez que fuimos al parque en el que me contaste que alguién te dijo que con mi grupito eramos castrosas jajajaja, aquella vez que fuimos a comer encebollado y por último aquella vez en la playa en la que fui feliz y triste al mismo tiempo. No te odio, al contrario te sigo queriendo pero es hora de soltarte definitivamente, no puedo enviarte este mensaje pero lo dejaré en mi lugar seguro, aquel lugar donde amaba editar mis adaptaciones, este mensaje quedará como una despedida de mi parte, silenciosa pero firme. Porque así como fui feliz también me sentí triste e insuficiente, me rompiste aunque tal vez nunca lo notaste o sí, me hiciste sentir insuficiente de miles de formas, hubieron días en los que solo lloraba tratando de entenderte, la primera vez que lloré por tí fue muy dolorosa pero no te culpo, yo solo te dí todo lo que como persona pude darte, apoyo, lealtad y respeto.
Pt.1.