La lectura es mi motor. El motor que me lleva a cualquier sitio, a vivir mil aventuras, a llorar desconsoladamente, a reír sin parar, a morderme las uñas por la intriga... 
Mi mejor momento es aquel en el que puedo disfrutar de un buen libro, sentada frente a ventana y oír de fondo el crepitar de las llamas de una hoguera mientras fuera la lluvia cae apaciguando el momento.
Escribir, en cambio, es mi momento de huida a esos mundos paralelos que uno crea para sí mismo y para los demás.