En una noche fría y oscura, llego él. Venia mas guapo que nunca, estaba despeinado y llevaba una ropa muy poco habitual.
-Hey!- me dijo
yo simplemente me limite a mirarlo durante un buen rato y a no dejar de pensar lo que haría si pudiera besarle, y abrazarle sin ningún temor o vergüenza.
-Q..que tal?- dije con la voz entrecortada
-pffffff- fue lo único que se limito a decir.
<<ya estoy harta>> pensé, es la hora de hacerlo, tanto si le gusta como si no.
-¡¿Como que pfff?! ¿Sabes?! yo también se pasar de la gente¡ , ¡ Y si no lo hago es por que tu me.....!- en ese momento me calle por que iba a demostrarle lo que sentía hacia el, pero, envez de enfadarse, me miro fijamente durante varios minutos.
-Te gusto,¿ Verdad?
-Así es...
-Pues debo confesarte algo...-dijo
Pero no me dio tiempo a reaccionar, cuando me había agarrado por la cintura y me empujaba a acercarme a el y entonces,
me besó,
y sentí como si fuéramos los únicos en el planeta, como si fuéramos dioses, como si no hubiera nada malo....
Esto es parte de una novela que estoy escribiendo