—No es que sea delicada en cuanto a palabras, Hadley. Pero aveces me desespera que seas tan egolatra. —Susurro sintiendo como el se acercaba a sus labios, pensó por un instante en rechazar al beso pero al final no lo hizo y solo lo correspondió con la misma ternura y después pasión con la que el la habia besado.
—Promete que no me asustaras de ese modo, que ya no te iras tanto tiempo. —Dijo en sus labios esperando que el pudiera prometerle lo que ella tanto habia estado esperando escuchar de los labios del rubio, de su novio y se separo de a poco de el, llevando ambas manos al rostro del rubio sin desviar su mirada gris de la mirada azul del rubio.
—Cato, di algo... por favor. —Pidió sintiendo como las firmes manos del chico la tomaban aun de la cintura como minutos atrás.