Quiero Decir:
Mis penas en suburbios anónimos,
destacan sus dientes y clavan en la piel,
cuentan infinitos relatos y delatan, y delatan,
Escucho los golpes a mis puertas...
Como cruz cargada en hombros,
se desvanece y perdura tu fe,
arrastrando mis pesares y hace súbita
mi despedida precoz.
Pero aun no ha llegado, tengo miedo,
mi voluntad se ata al grillete,
al grillete que se impone la dulzura
poco real e insípida de la verdad.
En tonos grises se desvela la tarde,
mientras mi visión cansada colorea
lo que quisiera ser, sobre un manto
falaz de reciprocidad y contradictoria
como mis banales palabras sinceras.
A priori, puedo saber, que,
aun sin conocerme, puedo contemplar mi
camino turbio e incierto por el que no queda
más que transitar y transitar.
No estoy viejo, pero hay un ente dentro del
recipiente en tinieblas para ser llevado
por él a lugares inimaginablemente remotos...
Quiero decir, no soy yo,
quiero decir, desvanezco en mis palabras,
quiero decir, mi parte en el absurdo transitar
no es más confortable que el baile mortal que es la
vida y el sabor inexistente de los nutrientes
de naturaleza verde y orgánica.