Espero que cada vez que me veas sonreír te atormente. Espero que te arda por dentro, que el peso te aplaste. Espero que la culpa te consuma, que te ataque cada segundo, de pies a cabeza. Espero que no puedas ni mirarme a los ojos sin sentir las lágrimas aproximarse. Espero que, en ese momento, entiendas que ya no significas nada para mí.