Me llaman rebelde, pero en realidad soy simplemente una guerrera. He dedicado mi vida a proteger nuestro país y a rechazar las normas impuestas por la sociedad.
—Será una noche interminable, Mi Señora —declara Nau, mi fiel comandante.
—Lo sé, pero al menos tengo el consuelo de contar con tu valiente compañía —manifiesto con una sonrisa, intentando aligerar el peso de la oscuridad que nos rodea con un toque de humor.
—¿Qué nos depara el destino en el palacio? —pregunta con seriedad.
—Nos aguarda fuego, la condenación que será mía y, por extensión, la tuya...