Encadenado
Es complicado alejarse de las cadenas.
Vas viendo lo difícil que es, no aprisionarse en tu cabeza, mientras estas atado a cada recuerdo que pasa por tu mente.
De verdad es un anhelo callar a las malditas voces que te atormentan en las noches. Como un guardia que aborrece a un preso en especial y no lo deja descansar.
¿Eres el preso o el guardia? Eso no importa, al final eres los dos. Estas en tu mente ¿que esperabas?
Eres el bastado que una vez dejo escapar la oportunidad y culpa al preso que tiene delante del espejo.
Fuiste el prisionero de tus lamentos, esos que te atormentan en la habitación blanca en la que deseas estar, solo para pasar el rato lejos de ellos, aún escucharlos en realidad.
Un psicópata falso que esconde lo que siente por medio de sarcasmo y autodespresio por la sociedad que lo tilda de loco, solo por intentar encontrarse en su propia casa.
Encadenado por si mismo en su mente, sufriendo duchas frías de realidad, cada día que se relaja en su vida.
Picando cada gramo de aliento, con la esperanza de intentar vivir. ¿Quien encuentra diamantes en la superficie sin pagar el precio?
Sólo estas matando el tiempo de sentencia que te a dado Dios en esta vida, aprisionandote en tu libre albedrío, pues, también eres libre de sentirte vacío en tu celda.
Mentalmente o sentimentalmente hablando contigo mismo, encadenado con una camisa de fuerza, no quieres que te lastimes al nada más soltarte el bozal, al final, le temes más a tú boca que a tus manos.
(¿Quien no lo haría?)
Al final es ella la que da las palabras que pueden ser la llave o la condena, no luches contra ese sistema, te lo digo, ya lo intentaron y fracasaron.
¡¿Quienes?! Pues, cada humano que mira al espejo y sin verlas en realidad, observa las cadenas en su cuello, más en esas mañanas donde estuvo aprisionado.
Por sus pensamientos.