Cuando amas no existen otras personas, no existen otras emociones, porque su amor te llena, su amor te satisface, ese amor hace que cierres los ojos a cualquier otra persona.
Cuando amas también puedes causarle daño, puedes causarle dolor, pero reconoces que te equivocaste y le pides perdón, pides perdón de corazón porque es más grande el amor que tu orgullo.
Cuando amas nunca piensas en que puede terminar, es cierto, la vida de los seres humanos es finita, pero si en realidad la amas y estás enamorado nunca pasará por tu mente que su amor puede terminar.
Cuando amas no dudas, no dudas sobre si puede funcionar o no. Cuando amas no dudas, actúas, y haces todo lo que esté en tus manos para hacerlo funcionar.
Cuando amas se lo haces saber, con un detalle, con un mensaje de buenos días, con un te extraño, con un te amo. Cuando amas, aprendes que sólo necesitas un minuto para hacérselo sentir.
Sabes que la amas cuando la luz de sus ojos ilumina tu existencia, cuando su sonrisa puede hacerte el día todos los días.
Sabes que la amas, porque tratas de enamorarla todos y cada uno de los días, aunque el día menos esperado tristemente te darás cuenta de que ya no lo pudiste lograr.
Así, el último gran acto de amor que puedes hacer es dejarla ir, porque ella es un ser libre, y la dejas ir porque te diste cuenta de que ella te dejó de amar.
Hoy te dejo ir porque te amo, aunque mi amor por ti subsistirá por toda una eternidad.
Adiós, amor…