Vi a ese pobre león triste y sin vida, yo lo hice feliz, yo le devolví la vida. Me mordió incontables veces, gruño, araño, se arrepintió y lamió incontables veces mis heridas al ver lo que hizo.
._ ¿no te cansas ?_.
Me dijo al ver qué no me detenía de besar cada porción de su rostro, al ver qué sus afilados colmillos no me intimidaban.
._no..._.
Respondí simplemente sumergida en aquella sensación de calma que se enlazaba al estar ambos pechos juntos; el amar a un león no era lo mío, sin embargo, enfrente mío no había un león si no un pequeño cachorro al cual no podía abandonar.
Me entre desnuda a la jaula del león y lo que me pareció algo insoportable, lo comprendí, y ya no lo era.
Entre una última vez a su jaula.
._ muerde_.
Le dije.
Y el no dudo, mediante esa mordida pude sentir que no era igual a las otras, esta era diferente, sentí a ese león sollozar con mis carnes entre sus dientes, tratando de verse intimidante frente a mí pero ¿quién conoce más a mí león que yo?
Culpe al león, deseé que ojalá un animal aún más fiero que el le haga las mismas mordidas que me hizo a mí, pero es mentira, no sentía eso.
El león, vuelto a ser un cachorro buscaba incontables veces mi calor sin exito alguno, le di a elegir, el decidió. Sollozo una vez más al verse en vuelto en la agonizante sensación de la ausencia de un consuelo, lo escucharon, lo vieron, lo vieron enfadarse cuando le sonreía a otros, lo vieron sumergido en su mente cuando lo que necesitaba estaba al lado suyo, su presa lo miraba y el miraba al vacío, triste, y yo sintiendome culpable pensando en que tal vez me odie, lo hace, tal vez, pero no entiendo ni comprendo por qué aún siento lastima y ganas de consolarte, leon tonto