"Una terrible sonrisa de victoria se extendió por los labios del alfa, como si hubiera conseguido engañarme para aceptar un trato con el mismísimo diablo. Entonces, escupió la raíz que mascaba y descruzó los brazos. Con una mano tiró la montaña de cartas y paquetes a un lado, las cuales se precipitaron desde lo alto de la rama como una lluvia de hojas blancas y marrones flotando en la suave brisa; y, sin dejar de mirarme, gateó lentamente hacia mí, sin precipitarse, como un cazador seguro de haber atrapado a su presa favorita."
-Menta y Miel - Cap.8 @LiaGerald