Creo que al final este sentimiento ya no se llama dolor, ni bronca, enojo o rabia, es algo mucho más cercano a la decepción, es algo realmete vergonsoso.
"Nunca nos engañan, nos engañamos a nosotros mismo"
Tememos tanto a la verdad que nos cegamos ante ella solo para evitar el dolor que tarde o temprano llegará.
Estas personas llegaron a mi vida para demostrarme y enseñarme una gran lección: Nunca terminamos de conocer a las personas, y si es que confiamos ciegamente en ellas le damos el poder y la llave para que nos destruyan.