No sé cómo iniciar esto si no es contigo primero, y además, sin quedarme corta en todo lo que siento.
Como sabes, yo soy muy arisca a veces con respecto al trato físico y al cariño. Tú más que nadie sabes lo que sufrimos y estamos sufriendo día tras día en nuestra lucha interminable por salir adelante así que a veces sueles comprender por qué no soy muy cariñosa contigo.
Pero a veces debes sentirte muy sola y me odio por eso.
A veces quisiera abrazarte con todas mis fuerzas y decirte lo mucho que te quiero, lo importante que eres para mí y que si algún día no te tengo a mi lado podría sentir que el mundo se me viene abajo. Porque lo eres todo para mi. Eso ni siquiera lo dudes ni un segundo.
Lloras en silencio al igual que yo, te guardas tus cosas al igual que yo y te pones cada vez más gris al igual que yo.
Eso me pone triste.
Yo quiero que brilles, porque tú más que nadie haces que mi vida sea luminosa. Amo tanto poder reírme y sentir que puedo estar tranquila contigo. Hay veces que siento que no te merezco en lo absoluto pero le agradezco a nuestra mundana madre de haberte traído en este mundo para mí, porque te adoro.
Nunca lo digo, porque simplemente no se me da. Pero aquí tal vez pueda decirlo con más facilidad y tal vez mis palabras lleguen a ti.
Te amo mucho. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida y siento ser una hermana tan mala. Solo quiero que algún día llegues a perdonarme por no ser lo que te mereces, porque tú eres poseedora de lo mejor de este mundo.
Hay tantas cosas que quiero decirte, pero en este momento ni siquiera siento que todas mis palabras alcancen a expresarme.
Tal vez leas o no esto, no lo sé. Después de todo casi nunca te conectas y no tengo intención de avisarte sobre esto.
Pero si ahora mismo lo estás leyendo...
Gracias por estar a mi lado. Te querré por siempre desde aquí hasta el infinito.
