Quiero volver.
He retomado mi viejo cuaderno, aquel donde antes escribía versos que nunca saldrán de ahí. Leo cada una de las ideas que están escritas con rápidos garabatos que muestran el afán de una niña queriendo soñar con un futuro lleno de letras. Vea a esa chiquilla sentada en frio de un suelo que algún día fue su cuarto, la veo mover un lápiz por aquellas silenciosas hojas, la veo llorar mientras escribe una y otro vez la misma historia; su historia. Esa chiquilla congeló aquel recuerdo, dejando atrás libros y cuadernos que estaban llenos de anhelos y tristes pesadillas.
Con el pasar del tiempo aquel recuerdo se fue derritiendo y sembrando en su interior un nuevo calor; y solo así, ahora es capaz de leer ese viejo cuaderno sin llorar.