-¿Dónde estabas? Llevo dándole una paliza a estos por al menos media hora
-Solo fueron 10 minutos -dijo Kei ofreciéndole una mano para levantarse.
-Eso solo lo hace más impresionante -murmuró Jay, aceptando la ayuda de su compañero. Aunque nada más pararse se volvió a tambalear, el cansancio y las heridas todavía le pesaban.
-Quédate aquí y guárdame esto -Kei con habilidad giro la pistola para sostenerla del cañón y se la ofreció a Jay-. Puedo arreglármelas sin esto.
NA: Fragmento final aún sin editar