WillAnnieLyn

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—Perdón, no debí preguntar...—sentí calor en mis mejillas y la sensación de querer ser succionada por la tierra.
          
          Alexander cambió bruscamente la actitud antipática que había adoptado momentos antes y me acarició el flequillo.
          
          —No, está bien, no lo sabías. Solo estoy por tener un mal día, no te disculpes. 
          
          «No me está mirando a mí, sigue apretando las cejas, ¿estará siendo sincero?».
          
          —El tonto soy yo, no debí decirlo con ese tono—añadió.
          
          —¡Oye...!—tomé impulso para abrazarlo. Alexander se quedó petrificado, como intentando asimilar lo que sucedía. 
          
          —No eres tonto, solo estás por tener un mal día. Eso es totalmente comprensible. Está bien, ¿sí? esto no tiene porque afectar nuestra comunicación. Digo, antes éramos buenos amigos y nos contabamos todo...—
          
          Su gesto fue cambiando a uno de alivio.
          
          —... Y ahora, bueno, que somos novios, eso mismo debería suceder, ¿no es así?—.
          
          —No quiero que mis problemas se conviertan en los tuyos, Marilyn. 
          
          —Alex, no será así, confía en mí.
          
          Extendí mi mano hasta su rostro. Él apoyó levemente la cabeza en ella y afirmó también su mano sobre la mía. Entonces subí hasta sus rizos, eso parecía brindarle tranquilidad.
          
                               (Marilyn, la bruja adolescente ⁠♡)

Cerré la puerta de la calle cuidadosamente, evitando hacer ruidos para no alertar a nadie.
          Jovan y yo habían acordado no decir nada a nadie todavía, porque el plan podría verse arruinado. Me preguntaba si podría convencer a la señora Harley de hablar con la madre de Jovan, quien, según él también era muy terca y sería difícil de persuadir.
          
          —¡Hola chicos! ¿cómo les fue?—Jenn se acercó dando saltos cortos, muy alegre.
          
          —¡Ay, hola, Jenn! ¡nos fue muy bien!—dije.
          
          —No hables por mí—interrumpió Victor.
          
          —Ignóralo, es un pesimista por excelencia—contestó Miguel.
          
          —Parece que sí sufrió mucho...—lo revisaba de pies a cabeza ella.
          
          —¡Sí, ahora déjame!—se fue corriendo a las escaleras. 
          
          —Disculpa a Victor. Siempre llega con baja batería social. Necesita un rato a solas.
          
          Escuché un portazo fuerte arriba; Victor no era solo un adolescente irritado, el autismo tenía efectos colaterales. Pero él era amado por nosotros, incluso si parecía comportarse como un majadero, estaba justificado porque es mi hermanito. 
          
          —Él a veces es muy extraño, pero me agrada. Espero se encuentre mejor—dijo Jeannette un poco triste.
          
                    (Marilyn, la bruja adolescente ♡⁠)
          
          

Jeanne:
          
          ¡Hey, James! ¿Qué piensas hacer en tu último día en la tierra? :)
          
          El muchacho sonrió tontamente, sus dedos temblaban, su cansancio había desaparecido por completo, no quedaba ni siquiera un ápice del estrés e incertidumbre que su próxima misión le generaba. Solo pronunciaba el nombre de aquella dulce mujer.
          
          Ummm, aún no lo tengo definido, ¿Sabes que me gustaría? 
          
          Jeanne:
          
          ¡Uh, claro que me gustaría saber! :D
          
          James tenía una sonrisa persistente, de la que recién se había hecho consciente. Era evidente; estaba enamorado.
          
          Me gustaría contemplar por última vez la naturaleza, no importa donde, solo quiero poder recordarla, tan palpable y reciente aunque me vaya por siglos. Quiero ir a cualquier lugar con árboles junto a tí.
          
                     (2070, un viaje a lo desconocido ⁠♡)

—¿Sabes lo que hay aquí dentro, no?—giró más su cuerpo para poder verme, alzando su cabeza, hasta tener nuestras miradas una a la otra. 
          
          —Sí—contesté con algo de certeza.
          
          —Bien, en caso de que realmente no lo sepas, son demonios. Reales, peligros, quieren nuestros cuerpos, no  nuestra forma espiritual, si así le podemos decir. Por lo que hay que hacer un pequeño sacrificio para alimentarlos, porque perturbamos su tranquilidad en aquel escondite en las cataratas, pero nunca permitir que se sobrepasen, ¡nunca! ¿entendido? de esa forma, ni tú ni yo saldremos lastimadas en esta misión tan extraña. 
          
          Yo solo me limité a asentir sin decir ni una sola palabra. Los demonios son reales.
           
                                    (Marilyn, la bruja adolescente) ♡

Parecía dibujar figuras geométricas alrededor de este objeto, una dentro de otra, escribiendo símbolos que observaba atentamente de un libro todavía más extraño. Usaba sal, pimienta, pétalos y también tomó una aguja y se pinchó el dedo. Dejando caer en el centro una gota de su sangre. Volteó a verme.
          
          —¡Marilyn, ven acá!—regresó la vista al suelo, en el rincón que dejó encerrada la caja. Yo me acerqué corriendo, entrelazaba mis manos por los nervios. Miraba fijamente el objeto y toda la ceremonia. Las cuatro velas en cada esquina, todavía no encendidas. Nada parecía tener sentido ni fundamentos.
          
          —Dame tu mano—demandó. Así obedecí, con temor de que pudiera suceder algo si no lo hacía.
          
          Extendí temerosa mi brazo, acercando mi mano con la palma arriba hasta el rostro de mi abuela, ella se acomodó un mechón de cabello para poder observar mejor, entonces la tomó con firmeza y me pinchó también con la misma aguja, en consecuencia, un par de gotas resbalaron por mi dedo y al caer la primera; casi se colaba la segunda, pero a la velocidad de la luz mi abuela la atrapó con su dedo. 
          
          —Solo una. Debe ser exacto, ni más, mi menos—se limpió con un pañuelo que lanzó lejos en la habitación.
          
          —¿Q-qué me puede suceder si doy una gota más de la que debería?—tragué saliva. Luego llevé mi dedo hasta mi boca y me chupé la gota de sangre sucesora. 
          
          «Las agujas, por más pequeñas que sean me asustan más que los demonios».
          
          
          (Marilyn, la bruja adolescente) ♡

“Recuerdo que la primera vez que me habló, fue cuando me caí de una bicicleta y me raspé las rodillas, no lloré me daba vergüenza que me viera así, ella se acercó y me ayudó, dijo que iría al salón por gasas y alcohol y me limpió, pero yo fuí incapaz de agradecerle, y hasta que no se fue mis latidos no regresaron a la normalidad. después mis sentimientos por ella fueron evolucionando, porque fue la única persona que de verdad se interesó por mí y siempre me sentí en deuda, pero ella no lo sabía y yo no me atreví a decirle lo que sentía sino hasta unos años después y lo mejor que me pudo haber pasado es que me correspondíera, se había convertido en la única persona que aunque no era de mi sangre era mi familia. 
          
          Sonará exagerado y muy extraño, pero es así. Cuando me rechazó la vez que le pedí matrimonio, sentí que el corazón se me había caído al piso y había un vacío justo donde estaba antes este, pero en el fondo entendí porque lo decía aunque aún no lo acepte”.
          
                                           (Crónicas de un soldado ♡)

Me gustaría escribir una historia, con un inicio precioso y un final catastrófico. La historia de una leyenda, la historia de una persona sencilla, mundana, efímera. 
          Las primeras pinceladas tras poner de cabeza el reloj de arena. El lejano rastro de triunfo de una aprendiz; el recuerdo amargo de lo inevitable para una guardiana.
          
          Así fue como conocí a Harley Luna, mi abuela.
          
          Una fuerte influencia, la inspiración de la voz de una revolución. Y aunque, ahora no estoy muy de acuerdo con sus enseñanzas, puedo decir que en pretérito, fueron para mí las palabras más ardientes y poderosas, convertidas en combustible para mi batalla. Atesoradas en lo más profundo de mi corazón y mi memoria. 
          
                                 (Marilyn, la bruja adolescente ♡)

Un cura muy querido de la comunidad dedicaba una oración muy extensa que ya no puedo recordar desde el altar, en el que se encontraban las fotografías de mis padres, junto a las de otras personas que también habían fallecido en aquel accidente. Tenía la sensación de ser muy pequeña dentro de esa catedral, tenía la sensación de extrañeza y de angustia prematura, pues jamás había escuchado lo que era el concepto de la muerte, sin embargo, con poco entendimiento tuve que aceptarla sin refutar, sin chistar. Una mano gigante y cálida cubría mi hombro por completo, era mi tío, su familia estaba dispuesta a recibirnos con los brazos abiertos, yo no estaba en oposición. ¿Tenía otras alternativas? ¿había pedido yo quedar huérfana? 
          
          Las flores fúnebres eran de colores demasiado vibrantes e intensos, tanto que me parecía una ofensa, pero ellas ya no estaban vivas como papá y mamá. 
          
          —«Alguna vez me dijeron que, las personas al morir se convierten en estrellas, brillantes palpitando en el cielo nocturno»—pensaba.
          
                               (Marilyn, la bruja adolescente)  ⁠♡

"Es tan extraño escuchar a personas que conocen el verdadero amor, ese sentimiento genuino, nada tóxico y tan colorido. Pero siempre he dicho que el contexto favorece o no al amor, pues quien es libre de elegir tiene derecho de enamorarse y experimentar todas las emociones que se encuentran en esa montaña rusa, pero quién es exclavo de su destino no tiene derecho a enamorarse, y mucho menos posee libertad para elegir".
          
                        (El diario de Willanie Nebulosa) ♡