Estar escribiendo "No estamos rotos Minho", me regresó a cuando tenía 20 años, a esos días con el psiquiatra, a las dosis de antidepresivos y huídas de casa, a mi padre y su problema de alcoholismo, a ese novio que no se quedó conmigo, a mis demonios. Me está doliendo, porque muchos de esos pensamientos los tuve yo. Ahora entiendo porque prefiero escribir historias bonitas de amor. Si lo estás leyendo, déjame tus estrellitas y comentarios. Me gusta leerte, me gusta saber de ti.
Con cariño... Martha.