MelChastain
¡TENÍA RAZÓN! Sabía que el no podía repetir el mismo error una segunda vez, tenia que haberle dicho al resto de las amenazas. Sin embargo, a pesar de insistirme a mí misma que no perdiera la fe, cuando vi cómo los criminales se salían con la suya me consumió la desesperación. Pero al siguiente instante, ¡llegó la ayuda! Fue tan satisfactorio.