Hace casi un mes se terminó un vínculo que yo esperaba vivir toda una saga de libros, no un capítulo. Hoy cumpliríamos meses, pero se fué, dejando marchitar nuestro jardín que comenzamos a sembrar. No lo culpo, habían muchas cosas que nunca pudimos arreglar. Ha dejado un vacío tan inmenso que difícilmente veo llenar otra vez con una persona. Yo soy el único que se puede reparar todos los daños de aquellos últimos meses de incertidumbre.
Lo solté, no volví a insistir porque su maldito ego se inflaba sin pensar lo que realmente buscaba lograr cada vez que estábamos en ese punto de quiebre. Puedo estar molesto porque es el camino más fácil para deshacerme de él, pero la verdad es que frente a todo lo que salió a flote después del huracán, no quise ponerlo en un lugar oscuro por los buenos recuerdos.
Lamento demorar en actualizar, esto es una pizca de como he estado estas últimas semanas.
Los quiero, un abrazo.
Tomen agüita.
–Mely.