“Se encontraba escondido en mi mente, se encontraba en ese espacio donde almaceno las cosas en las que me gusta pensar a ratos. A ratos surgía el pensamiento de el en mi cabeza porque así era mi mente, le gustaba jugarme trucos para hacerme recordarlo. Eso pasa cuando estas enamorado dicen por allí, tu mente vive encantada por el pensamiento difuso de esa persona. A pesar de tener un olor impregnado de los últimos cigarrillos que fume en mis manos, mi mente lograba recordar su aroma en ciertos momentos.
Mi mente lo tenia todo fríamente calculado, como tener almacenado algo tan increíble como el recuerdo de el completo, con virtudes y defectos, era el. No se como tenia almacenada mi mente la forma en que giraba la cabeza para tratar de entenderme, o como sonreía mientras se acercaba a mi y sabia que iba a besarme, o la manera en que abría mas los ojos para verme apenada. Mi mente había guardado la sensación de sus dedos jugando con los míos, la forma en se perdía en sus pensamientos con una cara rara cuando yo le decía algo que le gustaba. Mi yo interno consiente o subconsciente guardaba todo, la emoción en su cara al contarme sus logros y hacerme aprender algo nuevo, su cara de niño en juguetería cuando encontraba algo que le gustaba, y sus manos tomando mi cara para callar mis argumentos y discusiones con un beso. No se como logró mi cabeza guardar la imagen de el completamente enamorado de mi para dejarme completamente enamorada de el” - Un ‘no sé’ de una Impredecible
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