Te merecés que te quieran con ganas. Que te llenen la cara de sonrisas, que te abracen todas la mañanas. Te merecés que aparezcan cuando lo necesitás. Que te levanten cuando tropezás, que estén en las malas, prestandote las alas. Te merecés un poco más. Que te devuelvan todo lo que das, que te ayuden a vivir en paz. Te merecés que te miren con los sueños despiertos. Que te esperen con los brazos abiertos. Que te acepten con los caprichos, y también con los defectos. Te merecés lo que deseaste alguna vez. No te conformés, si no volás, no te quedés.