“Suena como un cuculí” te murmuras a ti misma.
Es entonces que sientes el aire salado ondeando tus cabellos empapados, y oyes el sonido de las furiosas olas cerca de tus tapados oídos. Como estás tan acostumbrada a los insoportables dolores, no te alarma la inhumana frialdad que empieza a embutirte entera ni la terrible dejadez de tus propias extremidades. Solo, como una niña pequeña, esperas que tu hermana mayor venga y te riña por navegar sola en medio del misterioso océano.
-"El canto del cuculí"
Nota: Yep, un avance :)