Sofiaa-040

Me conozco, no puedo mantener la tensión sexual, a lo largo de mi vida nunca me he podido contener cuando una mujer me gusta. Si no lo hago mi cabeza se volverá un lío, no dormiré ni pensaré bien. El deseo predominará en todo.
          
          Mueve la cabeza y se lame los labios, «¡Al diablo, nunca había deseado tanto una mujer!»
          
          Me le subo encima y abre los ojos confundida.
          
          —¡¿Qué hace?!.
          
          —¡Voy a follarte! —suelto la correa del pantalón.
          
          —¿Qué?.
          
          —Lo que oíste.
          
          —¡Es una pésima broma! —chilla moviéndose bajo mi pecho.
          
          —No es broma.
          
          —¡Apártate!.
          
          —Lo haré —atrapo sus muñecas— Después de que follemos.
          
          —¡¿Perdió la cordura?!.
          
          —¿Te gusto?.
          
          Quiero confirmar lo que tengo claro.
          
          —Si...No —se corrige.
          
          
          Aparta la cara cuando me acerco a su boca, pero estoy tan decidido a lo que voy que le tomo el rostro y le paso la lengua por los labios. 
          —¡Basta! —se suelta y me estampa una bofetada.

Sofiaa-040

—¿Lista? —pregunto.
            
            Asiente.
            
            Salgo y vuelvo adentro...Puta mierda, siento como me succiona y desprende calor, las venas me remarcan el miembro y sujeto su cadera cuando inicio los embates sincronizados, dando ese punto exacto que la obliga a gemir y a aferrarse a la tela de la sábana con la que se tapaba.
            
            La atraigo hacia mí y choco una y otra vez contra ella, es mejor de lo que me imaginé. Puedo sentir el placentero éxtasis que me invade hasta la última célula, la saliva se me vuelve agua cuando traza círculos con la cadera y se muerde los labios para controlar los gemidos.
            
            Segundos... Minutos, no sé cuanto pasa ni cuantos embates le doy y recibe, solo siento el sudor que me recorre la espalda cuando aprieto los ojos disfrutando de los jadeos descontrolados que suelta su garganta, no dejo de arremeter, de apretarle los senos y devorarle la boca. Meto las manos bajo su espalda y me aferro a sus glúteos ahuecándolos con fuerza mientras le marco el cuello y los pechos. Empieza a desvanecerse y hunde las manos en mi cabello cuando remarca la pelvis y explota.
            
            El orgasmo nos lleva a los dos, la ola de placer nos deja en la orilla y me obliga a descargarme dentro de ella, me hundo para que absorba hasta la última gota.
            
            Me aparto envuelto de sudor, ella me da la espalda e intenta cubrirse, siento ganas de abrazarla, pero conociéndome, sé que volvería a montarla.
            
            Se me aclara la cabeza y mi amigo se me viene a la mente. Sé, esta vez rompí el récord siendo un hijo de puta y lo único que me queda es la promesa de que no puede volver a pasar.
Reply

Sofiaa-040

Un polvo de una noche, será solo eso, algo pasajero que no significará nada. Acabaremos con las ganas, cortaremos la tensión sexual que nos invade cada que estamos uno frente al otro.
            
            Ruedo nuestros cuerpos y se abre de piernas para recibirme, mi miembro está a nada de explotar en estos momentos, no me importa que sea la novia de Bratt, ni que esté casado con Sabrina (a decir verdad, eso nunca me ha importado). Lo único que me importa es estar dentro de ella. Beso su cuello y le muerdo el lóbulo de la oreja.
            
            
            —¡Por favor! —jadea.
            
            
            No sé si es un ¡Por favor déjame! O un ¡Por favor, fóllame! El hecho es que se oyó más como lo segundo. Le pongo punto final a esto y me deslizo dentro, la respiración se me atasca, es tan estrecha que me cuesta arremeter con un solo embate. Suelta un leve quejido de dolor y le doy un par de segundos para que se adapte al tamaño, me entierra las uñas en el brazo y chupo la piel de su cuello asimilando lo que se viene.
Reply

Sofiaa-040

—¡No lo sabrá! —me aferro a su cintura y la muevo de arriba abajo— Entiende que se me va a reventar la polla si no hacemos nada. 
            
            Cierra los ojos y deja que le acaricie las piernas. Alzo la pelvis para que la sienta, la clavo para que sepa lo que se está perdiendo. Poco a poco suelta la navaja y deja que la siga tocando.
            
            —Tu silencio me confirma lo que ya sé —jadeo— Así que córtame la garganta o ábrete de piernas para que pueda darte el mejor orgasmo de tu vida.
            
            —¡Te ve como un hermano! —se muerde los labios—Es doloroso engañarlo así.
            
            —Me duele más la polla —le ahueco el trasero— Y entre más te hagas la difícil, más me seguirá doliendo.
            
            Niega sin saber qué decir.
            
            —Cuando empieces a gemir no lo dudarás tanto.
            
            —¿Traicionarás a tu mejor amigo por un polvo de una noche? —insiste— No vale la pena...
            
            —Lo traicioné desde que me la jale pensando en ti.
            
            Abre los ojos y esta vez es ella la que se lanza sobre mí, atrapando mi boca en un beso urgido y lleno de auténtico desespero, paso las manos a su espalda y la estrecho mientras lucho por ubicarme en su entrada.
            
            —¡Dios! —tiembla cuando la siente. 
            No habrá nada que me haga dar marcha atrás. Su súplica es de miedo porque que está igual o peor que yo.
Reply