Escribo, luego existo. Habito en fandoms mutantes y variables. Hannibal, Harry Potter, Peaky Blinders, Star Wars, OC, Supernatural, Cazadores de Sombras, Juego de Tronos, Buffy, Expediente X, House y muchos más que no caben en 2000 caracteres. Creo en Sirius y Remus y en el lado oculto de la luna. En Mulder y Scully. La ciencia ilumina el camino pero caminar es un acto de fe. Creo en Buffy, en Spike, en el amor abrasivo como el napalm y las parejas que pelean bailando. En Spike y Ángel y el tormento perpetuo de la sangre llamando a la sangre. Creo que todos estamos mutilados, como House y que todos usamos bastón. Creo en el poder de las chicas y en los detectives privados y en el poder invencible de ambos cuando se unen en Verónica Mars. Creo en los Chevy Impala de 1967 y el apellido maldito de los Winchester. Creo en los vampiros gays, los vaqueros gays, los hombres lobo gays, el poder de las palabras, Raymond Chandler, las canciones de Bruce Springsteen, las ballenas blancas, Seth Cohen y el vals vienés. Creo en Whitman y el amor fraterno y los apetitos de la carne. Creo en las manos de David Thewlis y en las mujeres albinas portuguesas. Creo en Brian Kinney y su abrasiva manera de odiarse a sí mismo. Creo que Newport no está mal, si tú estás aquí.
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Recuerdo como nos acostamos en Junio, una mañana tan
transparente de verano;
tu apoyaste la cabeza sobre mi caderas y dulcemente te
volviste hacia mi,
y separaste mi camisa del pecho,  y hundiste tu lengua en mi
corazón desnudo,
y te estiraste hasta alcanzar mi barba, y te estiraste hasta
alcanzar mis pies.
 
Walt Whitman, Canto a mi mismo.

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