Siento que mi pluma está sellada,
como una antigua reliquia de la dinastía Ming,
el papel en blanco me intimida,
y la creatividad no fluye como un río.
Mis historias quedaron estancadas,
como un bonsái que no crece ni florece,
intento escribir, pero siempre fracaso,
como un samurái sin su espada.
Mi mente está nublada como un día de niebla,
y las palabras no fluyen como deberían,
mi corazón está pesado como una armadura de un guerrero,
y mi alma está cansada como un viajero en la ruta del té.
Siento que decepciono a mis seguidores,
como si les hubiera fallado en su búsqueda,
la vergüenza me consume como un fuego,
y la tristeza me ahoga como un mar embravecido.
Pero recuerdo que también soy humana,
y que a veces necesito descansar,
como una geisha tras una actuación,
o un poeta tras un haiku.
Así que seguiré intentando,
como un ninja que no se rinde ante la adversidad,
porque sé que mi pluma volverá a fluir,
como un dragón en el cielo de Kyoto.
Y aunque mis historias no estén actualizadas,
sé que mis seguidores seguirán esperando,
como un estudiante de artes marciales espera su maestro,
o un amante espera a su amada en la luna llena.