Estoy sentado viendo todo mi alrededor mientras muevo el pie impaciente, miro mi reloj mierda este hombre que se hace de rogar.
—Bueno no les doy la bienvenida a mi casa, por qué no son bienvenidos—Habla el patriarca de la familia Sahin, miro a mi padre y a mi hermano los dos blanquean los ojos, me río en mis adentros no solo el aspecto se parecen si no el genio de mierda que llevan consigo, me distraigo cuando veo llegar alguien con un traje de esgrima se acerca al anciano quitandose la máscara y dándole un beso en la mejilla que parece una uva pasa por viejo.
—Hola mi cielo—Le saluda al viejo, ella sonríe la veo detalladamente, hay que rabia que no pueda follarla como corresponde.
Ella me mira y me aniquila con la mirada yo le guiño un ojo y ella frunce el ceño, mientras el viejo le dice algo.
—Sabes abuelo te dejo, me voy a quitar esta ropa sudada—Se va mientras veo como menea ese culo que tiene me muerdo mis labios con disimulo, ella se voltea y me saca el dedo, yo soy el único que la ve por qué los demás están distraído con su maldita guerra.
A pasado un tiempo sin nada interesante y este hombre ni un baso con agua nos da, la veo bajar de las escaleras con una bata y unas pantuflas yo espero unos segundos y pido permiso supuestamente para ir al baño, el viejo me mira horrible hay está familia que tanto con asesinar con la mirada.
Me voy a la cocina donde está ella está en la heladera, me acerco siguilosamente cuando estoy a su espalda le cierro la puerta de la heladera ella me mira asustada con sus ojos grandes y oscuros.